La crisis venezolana afecta más a las mujeres

El jueves pasado concluyó nuestro ciclo de foros “Las Mujeres denunciamos ante la CEDAW”, que organizamos junto al Observatorio Venezolano de Derechos Humanos de las Mujeres, Voces Vitales Venezuela, Asociación Civil Ambar, CISFEM y FEVA, para hablar sobre cómo afecta la emergencia humanitaria a las mujeres.

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Fue un honor contar con la participación de Gladys Acosta, la presidenta del Comité de Expertas de la #CEDAW, quien no solo realizó una ponencia muy detallada sobre las características que deben tener los informes que presentan las ONG, cuyas prioridades deben ser lo más precisas posibles sino que además brindó un motivador mensaje a la sociedad civil.

Acosta empezó recordando la importancia de una convención como la CEDAW en la promoción de los derechos de las mujeres. Dijo que para una región como la nuestra “que ratifica pero no cumple” representa un reto hacer valer el trabajo. Esa particularidad de crear leyes y ratificar tratados pero no cumplirlos, hace que el papel de la sociedad civil y de organismos sea aún más arduo en Latinoamérica.

"Esta convención no existiría sin los movimientos de mujeres", dijo también; y explicó que las organizaciones de la sociedad civil son una ciudadanía organizada que se mueve hacia el mismo norte: los derechos de las mujeres.

Uno de los aspectos importantes que resaltó es el de la violencia contra las mujeres que hasta el año 1992, no estaba explícitamente incluída como la forma más grave de discriminación en la CEDAW. "El Comité, cada vez más le dedica un fino análisis a este tema porque vemos como sistemáticamente se opera una violencia contra las mujeres que es distinta a los controles sociales que se establecen", agregó.

Sobre el trabajo de la CEDAW y la defensa y promoción de los derechos de las mujeres dijo que se trata de “un proceso que está en movimiento” porque en el caso de la Convención, se interpretan y actualizan cada uno de los mandatos. Por eso siempre se pide que los informes de la sociedad civil sean bastante precisos y que contemplen sólo aquellos aspectos que el Estado pueda atender en el plazo de los 4 años que deben transcurrir entre un informe oficial y el siguiente. También reconoció que muy poco Estados Parte presentan informes en ese lapso y con frecuencia transcurren 10 años entre uno y otro.

Un país sin educación

"Cuando un país colapsa, la educación colapsa al país. Eso es lo que hemos estado viendo en estos últimos 5 años" dijo Lilia Arvelo, la encargada de presentar al foro la situación educativa del país. Ella empezó contextualizando sobre la pobreza en Venezuela y rescató la cifra de 79,3% de los venezolanos que no tienen cómo cubrir la canasta alimentaria, o los 639.000 niños menores de 5 años con desnutrición crónica, que se reflejan en Encuesta Nacional de Condiciones de Vida ENCOVI, realizada por las principales universidades del país.

Arvelo explicó que la situación se hace tan cuesta arriba que ni los alumnos ni los docentes tienen garantizada la alimentación, lo que sube no solo la deserción escolar, sino la deserción de docentes, que según la misma encuesta llegó al 30%. Un dato simbólico y alarmante es que las universidades carecen de aspirantes a ingresar a la carrera docente y ante esto, personas no capacitadas brindan la formación en distintos niveles.

En este contexto en el que la intensidad de la pobreza continúa con tendencia creciente hacia la pobreza extrema, la repercusión más grave es en la salud y la educación, y “eso es grave porque la educación es la base del país”, dijo Arvelo.

Medios y estereotipos

La situación respecto a las medidas tomadas para eliminar actitudes patriarcales y patrones culturales machistas no ha variado en positivo, aseguró Ana Mary Risso durante su participación. Una muestra de ello es que no existen campañas para promover cambios de estereotipos sexistas, ni en medios públicos, ni en los pocos medios privados que quedan.

Con respecto a la promoción de un lenguaje no sexista que debería ser promovido en todos los niveles, no hay intención de cuidarlo. En los programas transmitidos por la red de medios públicos, las figuras del alto gobierno y del partido oficialista, incluso desde la Presidencia de la República y su gabinete ministerial, así como altos oficiales de las Fuerzas Armadas emplean cotidianamente la violencia verbal sexista y discriminación hacia figuras femeninas del sector opositor en términos sumamente irrespetuosos.

Desde el discurso oficial también hay una tendencia a negar la gravedad de la situación no solo de la crisis humanitaria compleja, sino de su efecto en las mujeres, asegurò Risso y dio como ejemplo palabras de magistradas han dicho que “Venezuela no es un país con alto índice de violencia de género” o que “Las mujeres en Venezuela son dueñas de su propio destino y cuando optan por prostituirse es porque son putas”.

Desde las instituciones y organismos ministeriales que deberían dedicarse a la promoción de los derechos de las mujeres, como el Ministerio de la Mujer, apuntó la ponente, se evidencian sesgos partidistas y carencia de programas para mujeres. Algunos de los que existen refuerzan roles tradicionales sexistas y no promueven la paridad en las actividades domésticas de los hogares.

Por último, Risso habló de la compleja situación de los medios de comunicación en el que el ente encargado de supervisar los mensajes transmitidos por el espectro radioeléctrico y digitales, CONATEL, se ha dedicado a censurar emisoras radiales por motivos políticos, para dar espacio a figuras opositoras críticas con el régimen promoviendo la autocensura de contenidos críticos de la situación país. Los medios impresos de más trayectoria se vieron obligados a migrar a digital por las presiones del gobierno y esto también condujo al nacimiento de medios digitales. Todos enfrentan ataques digitales y constantes amenazas.

Maternidad adolescente

La situación con respecto a la salud sexual y reproductiva, así como el aumento del embarazo adolescente, se abordaron igualmente en el foro. Luz Beltrán Molina expresó la preocupación que existe sobre el debilitado sistema de salud en el país, que además en el contexto de la pandemia se ha volcado a atender esa emergencia. El personal médico ha migrado y no hay datos oficiales de salud, dijo.

En un país en el que el aborto no es legal, este se ha vuelto una causal de muerte materna sobre todo para las mujeres de bajos recursos, aseguró. Las tasas de muerte materna han aumentado y las estimaciones de 2019 era de 119 muertes por cada 100.000 embarazos.

La falta de educación sexual, la carencia o alto costo de anticonceptivos, entre otras razones, incide también en un aumento del embarazo adolescente de Venezuela, que es uno de los países de la región con mayor índice. Un alto porcentaje de los embarazos en niñas y adolescentes son producto del abuso sexual, situación que en la pandemia ha aumentado, agregó. Es por ello que recomendó que se abran servicios de salud reproductiva exclusivos para adolescentes, que se garantice el acceso gratuito a los anticonceptivos y que se informe sobre el tema en las comunidades.

Colapso del país afecta más a mujeres

“La población que vive por debajo de la línea de la pobreza en Venezuela es el 94%, pero la población femenina es el 95%”, relató Rosa Paredes, la última expositora del foro que habló sobre el deterioro de condiciones de vida de las mujeres, con énfasis en las más pobres.

En medio de una crisis humanitaria compleja, en el contexto de la cual ha aumentado el tiempo que las mujeres le dedican a las labores de cuidado, debido a los estereotipos de género, esto les resta tiempo para buscar empleo o ingresos. De acuerdo a encuestas, las mujeres con hijos dedican hasta 13 horas al día a las labores de cuidado, dijo.

Un dato importante que presentó es que el porcentaje de hogares con jefatura femenina es del 60%, y las mujeres venezolanas son las que tienen la menor tasa de actividad económica de la región latinoamericana. De acuerdo con la información suministrada por CEPAL que presentó la profesora Paredes: mientras que un 10% de los hombres no cuenta con ingresos propios, en el caso de las mujeres esta cifra aumenta a 32%, una clara expresión de la feminización de la pobreza.

A la ya difícil situación se le suma la pandemia de COVID-19 que genera una contracción económica a todo nivel, pero en donde es evidente es en la tasa de las mujeres pobres. Ellas son las más afectadas.

Natalia Brandler, presidenta de la Asociación CAUCE, fue la encargada de cerrar el ciclo de foros, rememorando las ponencias anteriores que hablaron sobre las mujeres en política y la violencia de género. “Una de las conclusiones que podemos sacar de los foros es que el Estado venezolano tiene una deuda pendiente con el 95% de las mujeres venezolanas, que están sometidas a distintas formas de violencia y a carencias que les hacen la vida cotidiana muy difícil. Es una situación insostenible y sobre la que debemos actuar”.

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