Presentamos manual para impulsar la participación política de las mujeres en Venezuela.

A través del Manual de Incidencia Política a favor de la incorporación de la perspectiva de género en los partidos políticos venezolanos, realizado por nuestra presidenta Natalia Brandler junto a Avesa y Aliadas en Cadena, brindamos herramientas teórico-prácticas para impulsar la participación política de las mujeres en Venezuela.

Este ha sido el resultado del conocimiento teórico y experiencia práctica en técnicas de incidencia relacionadas con la lucha por la igualdad de género, obtenido gracias a la cercanía con expertas en el tema y el haber participado en campañas de incidencia en un ambiente que presenta tantos desafíos como lo es el venezolano.

Este es un proyecto forma parte de la campaña Nosotras en Acción y es realizado con el apoyo de La Unión Europea en Venezuela. A continuación presentamos la introducción y el enlace de descarga aquí.

El conjunto de herramientas que hemos desarrollado para este Manual es el resultado del conocimiento teórico y experiencia práctica en técnicas de incidencia relacionadas con la lucha por la igualdad de género. Asimismo, del aprendizaje que nos ha dado el haber estado cerca de expertas en el tema y de haber participado en campañas de incidencia en un ambiente que presenta tantos desafíos como lo es el venezolano.

Por lo general, cuando se habla de incidencia desde la perspectiva de las organizaciones de la sociedad civil, se hace en el contexto de la práctica ciudadana democrática para influir, incidir, en la creación o modificación de las políticas públicas cuya elaboración recae en quienes ocupan cargos de poder.

La ciudadanía organizada es la que le da fuerza, peso político, a los problemas ciudadanos, en particular a esos problemas que no están en la agenda de las o los legisladores o de las o los políticos y sus organizaciones, como ha sucedido históricamente con los problemas, los objetivos o los derechos que atañen en particular a las mujeres y a las minorías sexuales y étnicas. Esta ciudadanía organizada, a través del diálogo con los poderes públicos, legitima esos problemas como asuntos de interés colectivo, para que sean incluidos en la agenda pública. Sin fuerza, sin legitimidad política, es muy poco probable que lleguen a formar parte de la agenda pública.

Hacer incidencia para cambiar una política pública existente o impulsar la creación de una nueva, es establecer un diálogo político y entablar una lucha de poder con otros actores, como los sindicatos, la empresa privada y la comunidad política organizada, que también presionan para que los asuntos que les son prioritarios pasen a la agenda política del ejecutivo y del poder legislativo. Estos poderes responderán aprobando leyes y reglamentos, que serán ejecutados por los órganos de la administración pública en forma de programas y estrategias y que tendrán además consecuencias en el gasto público. En resumen, se trata de una negociación que representa el mutuo ajuste de demandas entre individuos o grupos en competencia, en el contexto de una democracia y de una sociedad plural.

“El diálogo político sólo es posible en democracia ya que, en regímenes autoritarios, generalmente voluntaristas, personalistas, verticalistas, el diálogo de políticas públicas no existe, y en el mejor de los casos es disfrazado en una ficción del Estado de Derecho”, decía nuestra mentora Evangelina García-Prince.

Cuando el diálogo entre los distintos actores que deberían colaborar en la concepción, definición y ejecución de las políticas estatales es débil o inexistente, la capacidad de influencia de las organizaciones ciudadanas se ve disminuida o muy limitada. Mientras más débiles las instituciones democráticas, más improbable que las demandas ciudadanas, en particular de los considerados grupos minoritarios de defensa de los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales, lleguen a incluirse en la agenda pública.

Los regímenes autoritarios, incrementan el poder del Estado concentrando las decisiones y subordinando las políticas a medidas de excepción cuyo fin es desactivar a la comunidad política y a la sociedad civil, pasándose por alto estatutos, procedimientos y garantías constitucionales. El Estado avanza sobre la sociedad civil, que se repliega y se desmoviliza a pesar de que las políticas que emanan del Estado afecten profundamente sus vidas o intereses. Como consecuencia, el “diálogo” con la sociedad, que presenta sus demandas a través de petitorios, denuncias, huelgas o manifestaciones de apoyo, se interrumpe.

Sea cual sea el contexto político, democrático o autoritario, es importante para las organizaciones de la sociedad civil, manejar la metodología y las técnicas que le permitirán tener voz en las agendas políticas y públicas. Se requerirá tener una idea clara de cómo se elaboran y se toman las decisiones políticas en el gobierno nacional y en el gobierno estadal o local, incluyendo canales formales e informales. Será igualmente necesario identificar espacios en los que hay posibilidad de dialogar, derechos que tienen posibilidad de ampliarse en el contexto presente, aliados con los que actuar, objetivos y estrategias, así como medir los riesgos y los resultados que se plantean alcanzar.

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